LA EMPRESA
Historia, tradición, calidad y servicio
Nace Conservas Hoyo en Laredo, una empresa familiar que inicia su actividad como fábrica de salazón para los semiconserveros italianos que se establecen durante la década de los 50 en los puertos de Laredo, Colindres y Santoña, en busca del codiciado bocarte del Cantábrico.
El laredano Miguel Hoyo, ante el auge de la industria semiconservera en Laredo y Santoña y la consecuente escasez de mano de obra cualificada, se afinca en Reinosa para enseñar el arte del fileteado de la anchoa a un grupo de mujeres campurrianas, forjando los orígenes de la actual planta de Reinosa.
Conservas Hoyo inaugura una nueva fábrica en Laredo, adaptada a los nuevos tiempos, para recepcionar ingentes cantidades de pescado fresco procedente de los puertos cantábricos, así como elaborar y embotar anchoa en salazón principalmente.
Después de muchos años de gran crecimiento en la producción de filetes de anchoa, en 2008 Conservas Hoyo inaugura su nueva fábrica en el polígono industrial de La Vega en Reinosa, con una superficie de más de 2000 m2, totalmente climatizada y adaptada a las exigencias tecnológicas, sanitarias y de calidad de la industria actual.
Conservas Hoyo es una empresa familiar nacida en la década de los años 50 en Laredo.
En un principio comenzó su actividad con una pequeña fábrica de salazón que servía por entonces a los recién llegados semiconserveros italianos, quienes trajeron sus técnicas artesanales de salazón y fileteado de la anchoa seducidos por la enorme calidad del bocarte del Cantábrico, muy similar a la del bocarte Mediterráneo, y empujados por la escasez de este último viéndose obligados a encontrar alternativas.
En muy pocos años los puertos de Laredo, Colindres y Santoña capitanearon en Cantabria la creciente industria semiconservera que ganaba protagonismo en los principales puertos del Cantábrico.
En la década de los 60, y ante la gran demanda y escasez de mano de obra cualificada en los puertos de Santoña y Laredo, Miguel Hoyo emprende un viaje sin retorno y establece en Reinosa una pequeña fábrica en la que formó a un grupo de mujeres trabajadoras campurrianas en el noble arte del fileteado.
Aquella pequeña fábrica dio lugar a una nave de 1500 metros cuadrados en el reinosano barrio de Barcenilla.
Posteriormente se inauguraron las actuales plantas, la fábrica de salazón de Laredo, en 1997, y en 2008 fue el turno de la gran fábrica de Reinosa, dedicada principalmente a la elaboración de filete de anchoa y la maduración de pescado.
Actualmente Conservas Hoyo sigue siendo una empresa familiar porque es gestionada por los hijos de Miguel Hoyo, pero se ha convertido en un referente de la producción semiconservera del Cantábrico, capaz de producir cada año más de 300 toneladas de filetes de anchoa para cientos de clientes distribuidos por toda la geografía nacional.
A través de sus marcas Hoyo, El Mástil y Fauna distribuye anchoa en salazón, filetes de anchoa en aceite de oliva y de girasol y boquerones en aceite de girasol.
Destaca especialmente, como producto referente de calidad el filete de Anchoa del Cantábrico (engraulis encrasicolus) en aceite de oliva.
Conservas Hoyo cuenta actualmente con dos fábricas, una en Laredo inaugurada en 1997 y otra, la más moderna, en Reinosa inaugurada en 2008.
Las instalaciones de Laredo se dedican principalmente a la recepción, salado y eviscerado del pescado proviniente de la lonja, y a la elaboración de salazón, a embotar o a almacenar en barriles, para su maduración y posterior fileteado.
En la planta de Reinosa se elaboran los diferentes formatos de filetes de anchoa y los boquerones. Cuenta con maquinaria de última generación para optimizar los trabajos previos de lavado y sobado del pescado madurado, así como una sala con una veintena de amplios puestos individuales para la realización artesanal del fileteado. Finalmente los productos se embotan, aceitan y empaquetan en una línea automática.